REFLEXIONES ACERCA DE LA TRAGEDIA DE “REPÚBLICA CROMAGNON” - 2º POLIMODAL

 

Profesor: David Pequeño.

 

 

En el marco de una actividad reflexiva sobre esta tragedia que marcó profundamente a toda la sociedad argentina, se llevó a cabo en el curso 2º Polimodal de nuestra escuela una actividad que consistió en un debate, que tomó la forma de un ejercicio de reflexión en el aula. Como consecuencia de esta intensa tarea, se elaboraron de manera conjunta, una serie de preguntas que surgieron de las principales inquietudes planteadas, las que fueron contestadas por los alumnos, en la mayoría de los casos con la participación de los padres de los mismos.

            Se utilizó como disparador la lectura grupal del texto del filósofo argentino José Pablo Feinmann, “Crueldad y Cinismo”, aparecido en la edición del 4 de Enero de 2005 en el matutino “Página 12”.

 

Las preguntas:

 

1.- ¿Por qué tiene que ocurrir una tragedia para que exista compromiso social?

2.- ¿Por qué este país no está preparado para la memoria?

3.- El egoísmo social: ¿Fue una de las causas de la tragedia?

4.- ¿Cuáles son las causas de que esta sea una sociedad tan egoísta?

5.- ¿Nos habría sensibilizado tanto “Cromagnon” si no nos hubiera tocado tan de cerca? (el hecho de que la mayoría de las víctimas hayan sido jóvenes, lo que podría denominarse “pares”).

6.- ¿Por qué hay ocasiones en que necesitamos enajenarnos? (Esta pregunta está orientada a responder a la situación de consumo de sustancias prohibidas o no por los órganos de control sanitario, como así también por los rituales colectivos –pogos, hinchadas de fútbol, etc, etc-

 

Algunas respuestas:

 

1.- ¿Por qué tiene que ocurrir una tragedia para que exista compromiso social?

 

. “Esta es una sociedad egoísta, en realidad, el sistema se caracteriza por el egoísmo, y acá nadie se responsabiliza por nada ni nadie, cada uno cuida su “culo”, hasta que algo así sucede y nos damos cuenta que solos nada hacemos si no nos organizamos. Obvio, dentro de nuestras capacidades, no esperen un real compromiso social por parte de Argentina, solo imaginando habrá una Revolución de este pueblo como en Rusia, por ejemplo”. (Ezequiel)

. “Porque no existen los controles generales correspondientes y los ciudadanos no están acostumbrados a ejercer sus derechos civiles” (Anahí)

. “Creo que nuestra sociedad necesita que ocurra una tragedia para tomar compromiso social, debido a que es una sociedad que se cree omnipotente, que nunca le va a pasar nada, pero cuando ocurre una tragedia de tal magnitud, se da cuenta de que las cosas no están tan alejadas, y que le puede pasar a cualquiera, entonces así, asume  compromiso social”. (Noelia).

. “Al no tener Argentina un compromiso social, es imposible que ésta tenga memoria ya que al mismo tiempo, tampoco es posible tener conciencia de prevención. Una de las causas de estos problemas es que este país no tiene identidad, ya que está formado con la unión de muchísimos ciudadanos de distintas partes del mundo. Respecto al egoísmo social, para nosotros esta sí fue una de las causas de la tragedia. Esta sociedad viene desde hace mucho tiempo así, y, la gente sólo se preocupa por sí misma y no se fija, ni se preocupa por las necesidades de nuestros prójimos” (María Eugenia)

. “...El compromiso social en sociedades como las nuestras, castigadas por malos gobiernos, empobrecidas por políticas erróneas o simplemente por ser sociedades jóvenes comparadas con otras sociedades, debe seguir aprendiendo y practicando el compromiso social en forma permanente para poder mejorar día a día”. (Juliana)

 

2.- ¿Por qué este país no está preparado para la memoria?

. “Otra vez caemos en el círculo vicioso: estamos mal por que no hay educación, y, como no hay educación no podemos cambiar, así que seguimos mal. Una sociedad desinteresada políticamente y desinteresada por el propio sistema neoliberal en el que vive, se convierte en una sociedad fantasma, donde cada individuo vive dentro de ella pero de alguna forma rara no es parte de ella, y si no es parte, por qué habría de interesarse en su historia. Él sólo vive, parásitos que se alimentan de parásitos”. (Ezequiel)

. “Yo creo que en este país se privilegian los valores familiares individuales y no el bien común, y por eso solamente se recuerdan hechos privados, mientras que la memoria social no termina de construirse”.(Francisco)

. “No es que no tengan memoria, sino que no saben que hacer con ella” (Anahí).

. “Porque tratamos de ocultarlo y llevamos dentro viejos reflejos de la dictadura y nuestras palabras: `No te metas`”. (Pancho)

 

3.- El egoísmo social: ¿Fue una de las causas de la tragedia?

 

. “Si, es una de las causas mas importantes, porque los individuos actúan sin pensar en los otros, es decir, accionan por su beneficio económico, sin pensar en las consecuencias que tienen sus acciones sobre los otros”. (Francisco)

“Según mi punto de vista, el egoísmo fue una causa de la tragedia, ya que tanto las personas que habían habilitado el lugar, como el mismo dueño, que hacía entrar muchas más personas de las que cabían, no les importaba si podía llegar a pasar algo, sólo les importaba su propio beneficio, ganar más dinero, etc.”. (Noelia)

“Nuestra sociedad no es egoísta. Existen si, personas egoístas. La tragedia fue producto de personas egoístas, no de la sociedad. Podría mencionar muchos casos para demostrar que nuestra sociedad no es egoísta, pero si existiesen más Chaban, más inspectores corruptos o personas incultas o inconscientes, entonces sí, nos acercaríamos a una sociedad egoísta. No confundir a estos últimos con la sociedad en general. Corrijamos nuestros errores, penar a los culpables y no creemos un fantasma pesimista cuando la gran mayoría de las familias argentinas, que son la base de la sociedad, han demostrado ser bondadosas y caritativas toda vez que se los han solicitado (inundaciones, guerras, plagas, terremotos, atentados, etc)”. (Juliana)

            También Gastón opina: “No creo que vivamos en una sociedad egoísta. Mirándola desde el punto de vista que frente a una catástrofe todos estamos dispuestos a ayudar (sea física o económicamente); si creo que el egoísmo está dado por el miedo o la inseguridad”. Bárbara por su parte dice: “La nuestra no es una sociedad egoísta, por el contrario, es solidaria”.

            Yesica, por su parte, opina que: “...la de Cromagnon no fue una tragedia debida al egoísmo, sino a la irresponsabilidad y la falta de conciencia de todos, lo que provocó que se desatara la misma”.

 

4.- ¿Cuáles son las causas de que esta sea una sociedad tan egoísta?

 

También Noelia asigna a las diferencias sociales, a la falta de equidad social en el reparto de las riquezas una causa del egoísmo.

En tanto respecto a esta pregunta Yasmín dice: “Creo que todas las sociedades son egoístas, no sólo la nuestra, porque el hombre siempre piensa en su propio beneficio y no en el de los demás”.

5.- ¿Nos habría sensibilizado tanto “Cromagnon” si no nos hubiera tocado tan de cerca?

. “En lo social no sé, en mi caso si, es decir, todavía me acuerdo del “Shopping de Paraguay” y del “Tsunami” de Asia.” (Francisco)

“ No, porque lo que no toco de cerca no sensibiliza tanto, como por ejemplo, nunca se vio una marcha por lo del Tsunami, donde murieron muchos miles de personas mas” (Anahí)

            A modo de conclusión, Noelia dice: “La tragedia nos afecta porque cualquiera de nosotros pudo haber estado allí o en otro boliche, en las mismas condiciones. Espero que esto no se olvide o que por lo menos sirva para concientizarnos a todos de lo que puede pasar”.

            Otra de las consecuencias es que la tragedia podría haberse evitado si no hubiera primado una actitud de egoísmo y desinterés por el semejante.

            Las conclusiones de algunos padres fueron (Ma. Eugenia): Respecto a si se habían sensibilizado por la cercanía de las víctimas con sus hijos, contestaron afirmativamente, y, que el hecho en sí los impactó porque las vivencias de sus propios hijos se asemejan mucho a las de las víctimas.

            Por otro lado, Mariela percibe, pese a que aún prima el egoísmo social, una dosis mayor de compromiso, esto expresado en las movilizaciones callejeras en reclamo de justicia por casos de abusos a los derechos, cosa que antes no se percibía tanto.

            Una interesante reflexión a modo de conclusión es la de Agustina: “Conmoción, madres que lloran tanta muerte sin sentido...miles de chicos con gustito amargo en la boca y el eterno “me habría podido haber tocado a mí”...miradas llenas de preguntas...silencios llenos de respuestas...

            Ese chico, el que vos y yo conocemos, el que iba a ser mi compañero de facultad, el que podría haber llegado a ser tu colega en la oficina, el que tal vez tenía mi edad, y tu color de ojos. Ese que murió e hizo que te des cuenta de que nunca buscas las salidas de emergencia. Y... ¿era necesario? ¿Tenía que morir ese chico para que te des cuenta de que el egoísmo y la codicia de unos pocos nos perjudica a todos? ¿Tenía que recorrerte el escalofrío gris para que te cuestiones el vivir en una sociedad tan egoísta?

            Hoy...tres meses más tarde: ¿todavía te acordás? ¿todavía te sentís responsable de esto por ser parte de esta sociedad? ¿Todavía te preguntás por qué no a vos? ¿Todavía cuestionás todo lo que quieren que creas? Nos preguntamos si era necesaria una tragedia para que exista conciencia social, y la historia nos demuestra que sí, que es así. Ahora la pregunta es...¿Es necesaria una tragedia todos los meses?”

 

6.- ¿Por qué hay ocasiones en que necesitamos enajenarnos? (Esta pregunta está orientada a responder a la situación de consumo de sustancias prohibidas o no por los órganos de control sanitario, como así también por los rituales colectivos –pogos, hinchadas de futbol, etc, etc-

 

. “Nosotros no necesitamos enajenarnos. Posiblemente haya gente perturbada o fuera de sí que en ocasiones puede enajenarse; ya sea por la ingestión de bebidas alcohólicas o el consumo de drogas” (Bárbara)

. “...creo que la falta de justicia es la que nos lleva a enajenarnos frete a los problemas que sufrimos día a día, ya que las consecuencias que trae es que la sociedad no encuentra tranquilidad y bienestar” (Jessica).

 

            En un apretado resumen, puede afirmarse que la experiencia de debatir acerca de esta tragedia nos permitió reflexionar sobre nosotros mismos y sobre el lugar que nos parece que ocupamos dentro de la sociedad de la que formamos parte, involucrándonos con las conclusiones. También es de destacar que los jóvenes están, en la mayoría de los casos, expresando hipótesis que pueden dar cuenta del funcionamiento de los individuos y los grupos humanos que conforman el entramado social, ensayando visiones interrogativas y planteando respuestas a las mismas. Esto manifiesta un interesante nivel de maduración respecto a las concepciones acerca el mundo que están forjando, que son cada vez más complejas y sistemáticas, asumiendo la posibilidad de que cada concepción pueda ser interpelada en distintos ámbitos de discusión en los cuales se exigirá una construcción coherente de la propia visión del mundo.

            Desde ya, además de una multifacética constitución de las respuestas, apelando a múltiples explicaciones, se evidencia una fuerte grado de compromiso con el acontecimiento específico, pero también con las condiciones generales del ámbito social de pertenencia y con el tiempo en que viven.

            Como una cuestión ampliatoria respecto a estas conclusiones, acercaré algunas consideraciones más respecto a lo dicho. El pensador francés Paul Virilio afirma respecto a este hecho en particular, refiriéndose a Buenos Aires post-Cromagnon como una “auténtica ciudad-pánico”, y que la estructura política de la sociedad argentina se estructura a través del miedo. Muchas de las respuestas de jóvenes y padres estuvieron enfocadas a resaltar las debilidades del sistema político que nos hemos dado como sociedad. En el caso de Virilio, este afirma: “...se trata del peligro de desestabilizar absolutamente todos los aspectos de la conciencia y la percepción occidental, algo propio en realidad de la modernidad capitalista, cuando no parece haber en el horizonte un cuerpo coherente de creencias”. Ciertamente no nos queda claro cuáles son las creencias que sustenta el cuerpo social argentino, nos debatimos entre el escepticismo absoluto, el descreimiento, y un tímido y esperanzador optimismo respecto a la solidaridad siempre presente en la sociedad. Lo cierto es que la reflexión que ha surgido de lo medios de comunicación no ha ayudado a esclarecer nuestro panorama, por lo que nuestra praxis en el aula tratando de recrear las respuestas es de fundamental importancia. Porque si todo lo que nos rodea nos provoca pánico, estaremos en la situación que describe Virilio: “Este pánico anula el lugar de la reflexión y los medios se hacen cargo, no ya de la demanda de reflexión colectiva, sino de una demanda de emoción colectiva”, desde donde surgen impulso a veces exaltados, a veces irracionales, pero poca veces propuestas consensuadas y serias.

 

Inmolación: Muchas de las respuestas esbozadas me llevaron a recordar una también triste experiencia de la que me tocó formar parte, ocurrida en 1982, y que también puso en juego nuestras más íntimas concepciones como sociedad. En la Guerra de Malvinas, cuyo 23º aniversario se cumple en pocos días, también se reflejaron muchas de las contradicciones íntimas del ser nacional. Un gobierno dictatorial, homicida y corrupto llevó al país a embarcarse en una guerra improvisada y con muchos contenidos de aventurerismo e improvisación. También en ese aciago hecho la mayoría de las víctimas fueron inocentes jóvenes en ese caso utilizados como carne de cañón para nefastas intenciones de perpetuación en el poder de una tambaleante e insostenible dictadura militar. Hoy como ayer, en ese caso, como con las víctimas de Cromagnon, a pesar de que muchos miraban para otro lado, numerosos sectores de la población dieron muestras de una profunda solidaridad, algo que se resalta en muchas de nuestras respuestas. También en 1982 como hoy, este, nuestro país, por múltiples razones, de las que la irresponsabilidad, el oportunismo egoísta y la indiferencia fueron algunas las centrales, se permitió, injusta, imperdonable y ciegamente, inmolar –es decir, sacrificar- aquello que forma parte de lo más valioso de su futuro, su juventud.